Cuando JongDae contesta el teléfono de su hogar lo último que espera es recibir la noticia de que su novio está en el hospital. La noticia le cae como un cubetazo de agua helada y en cuanto lo asimila, el corazón se le oprime dentro del pecho. Todavía no está listo para dejar ir a MinSeok. No aún. No cuando todavía le debe un mundo a su lado.