Tras una pantalla

Nadie sabe lo difícil que es tener un ídolo, nadie sabe lo que le duele soñar con abrazarlo al saber que eso no se va a cumplir, nadie sabe cómo se siente apoyándole día tras día a través de una puta pantalla y no poder agradecerle todo lo que le ha dado. Nadie sabe lo que sufre por ser su fan, nadie sabe la sonrisa tonta que se le escapa cuando ve sus fotos, nadie sabe cuántas lágrimas se le escapan cuando escucha sus canciones. Nadie lo sabe, excepto quien tiene un ídolo. Ella es una chica de 15 años normal y corriente, o al menos, eso es lo que piensan; como cualquier adolescente, tiene un ejemplo a seguir, pero su vida dará un vuelco cuando se dé cuenta de cómo de incomprensiva puede llegar a ser la gente.