- ¡Basta! ¡Ya no lo soporto! - Gruñó, apretando sus puños y lanzando puñetazos al aire, como si alguien pudiera sentir ese golpe y la verdad, nadie lo sentía, solo él.
-Debes tranquilizarte, no conseguirás nada de esta forma.
Sus ojos oscuros se posaron en aquel cuerpo que lo torturaba, le causaba un terrible dolor con solo verlo, era perfecta y quería tenerla en sus brazos lo ante posible.
- Es mía.. Aunque todavía no lo sepa, es de mi propiedad y si es necesario matar al que se interponga entre nosotros, será así.. Todo por ella. - Su sonrisa maliciosa apareció de repente al verla sentada sobre uno de los pupitres leyendo su libro preferido. Drew no dudaba un segundo en matar por ella, había llegado hasta el límite y nada podría detener aquella pasión que sentía.