Hace aproximadamente un año, en una estación de autobuses, ella me confesó que me quería, y yo la rechacé.
Pasado el tiempo, me di cuenta de lo estúpido que había sido al dejarla ir, al alejarla de mí.
Pero no puedo culparme, seguía amando a mi primer amor, Sandra, y la obsesión por ella no me permitía escarbar más dentro, ahí donde Kat era alguien más importante para mide lo que yo pensaba.
El tiempo me ha traído a su encuentro de la manera más desagradable, vestido de negro y con un ramo de flores para su mamá que yace dentro de un ataúd.
Es cierto que perdimos contacto, que casi no hemos hablado, y que no volvimos a salir. Pero pensé que eso no sería impedimento para que siguiera guardando sentimientos hacia mí.
Y ahora, la veo sollozando en los brazos de otro, en alguien que SIEMPRE ha estado ahí para ella.
Hace un año yo era su número uno, pero con la distancia y mi estupidez, ahora soy el número tres.
Él es el único peligro presente cuando está cerca .
Ella es su tentación.
Él es un indiscutible error .
El señor de la oscuridad en Nueva York , el único que puede mostrarte que es el temor con tan solo una mirada .
Nadie nunca a logrado domar su coraz ón tan negro como la misma noche , él no tiene ningún tipo de remordimiento por nadie , no le importa nadie con tal de seguir en el poder .
Hasta que llega ella .
Que lo hace cambiar no tan solo de idea sino que lo hace mirar más allá de la lujuria .
Inicio de publicación 29_9_2024