-¡Abran la puerta, sabemos que están ahí!-. ...Aquí es cuando acaba pero también inicia. -¡No nos queda otro remedio, tumbaremos puertas y ventanas!-. ...Eso sucedía en mi hogar mientras yo jugaba a las atrapadas en un bosque seco que se encontraba no muy lejos de mi casa. Me encontraba en compañía de mis amigos, no eran muchos. El cielo estaba nublado, resaltaba el color opaco de las hojas secas, era una fresca tarde de Miércoles, amaba los Miércoles, papá solía traerme piedras preciosas, de todos colores, formas y tamaños, jamás le pregunte de que lugar las conseguía... ¡Oh! ¡es verdad! casi olvido presentarme, mi nombre es Jomalia Thompson, soy muy joven, nunca tuve hermanos, no tuve lujos como mis amigas, tampoco novio, bueno creo que es por que soy una adolescente demasiado joven aún. -¡Ya me voy amigos, no me vayan a extrañar!- Me sentía muy cansada, lo único que quería era caer sobre mi cama y olvidarme del mundo por completo. Ese si fue un Miércoles de juegos con los compañeros, mi padre me volvió a traer esas hermosas piedras para mi colección y lo mejor de todo es que mamá prometió hacerme mi platillo favorito como cada Miércoles. Realmente amo a mis padres y sé que me aman mucho más. ¡Ya quiero llegar a casa y devorar esa deliciosa comida que mamá preparó!. Mientras tanto esto sucedía en mi casa. -Hoooola señor Thompson. Qué locura, acaba de obligarnos a destruir su casa por completo ¿Por qué tiene que hacernos las cosas más difíciles? Ay tan lindo hogar. Mmm... Huele delicioso ¿Qué será? ¿Acaso usted preparó eso o fue su hermosa esposa?- -¿¡Qué rayos quieres!? Por favor, te ruego que no toques a mi esposa, si te encuentras dispuesto a ocasionarnos dolor te ruego que lo hagas solamente conmigo-.