Mi Hijo

Julián había vuelto a su vida como un terremoto, diciéndole que nunca se habían divorciado por un error en el papeleo, que él sabía de la existencia de su hijo y que ella ahora estaba obligada a ir a vivir con él por el bebé.
Maguie había cambiado mucho en poco tiempo, la vida la había obligado a madurar y en el transcurso había descubierto que tenía garras, unas que no tenia problema en usar cuando se refería a Santi, su niño.
Ambos son orgullosos y tercos. Ninguno quiere ceder. ¿Qué harán? ¿Quién ganará esta guerra?
Julián tiene poder sobre ella, uno económico. Pero Mag también tiene poder sobre él, uno que lo vuelve loco cada vez que la ve; y que lo único que le provoca es tenerla en su cama por muchas, muchas horas.
Pero Julián tiene un contrincante, y uno muy poderoso.