Hospitales.
Intravenosas.
Doctores.
Enfermeras.
Enfermedades.
Medicina.
La vida de Harry, de tan solo 16 años se reducía a eso.
Hospitales.
Casi nunca estar en casa, y cuando lo estaba solo por un par de días. La mayoría del tiempo la pasaba en el hospital. Desde los dos años los doctores habían estado sobre el ya que tenía una horrible enfermedad que podía llegar a ser mortal si no se trataba lo suficientemente bien, con una madre sobre protectora y con el dinero suficiente como para darle el tratamiento que el necesitaba.
Pasaba tanto tiempo en el hospital que casi todas las enfermeras conocían su nombre, inclusive le habían asignado una; Johannah Poulston. La madre del estudiante de medicina Louis Tomlinson.
El día que Johannah no puede asistir al hospital, le pide a Louis de favor que la cubra, de mala gana, Louis acepta. Hacía todo de mala gana, hasta que entró a su habitación.
Desde que cruzó la puerta, la vida de Louis cambió para siempre... ¿Que dirá Louis al ver lo que se oculta detrás de esos hermosos ojos color verde?
-Lo siento, te amo-dijo el ojiverde con tristeza
-¿Y? ¿Eso que tiene de malo?-dijo Louis restandole importancia, aun sin comprender lo que el menor de decía
-Estoy enfermo....