-¿Qué haces? -le dijo el rizado al pequeño muchachito que se encontraba entre los botes de basura revolviendo todo lo que había adentro. -T-Tengo hambre-le respondió tembloroso mientras seguía buscando hasta que sacó un trozo de pan que ya tenía moho y olía asqueroso pero aún así éste parecía dispuesto a comerselo. -¡Hey, no! El rizado se acercó y le quitó el trozo de pan a aquel chico de ojos azules y lo tiró, él lo miró con los ojos llorosos. -No, no comas eso. Es asqueroso. -Es lo ú-único que encontré para comer. Se puso a llorar y Harry lo miró con lastima. Era desagradable ver el estado en el que se encontraba, llevaba unos jeans gastados y rotos y una camisa que ya estaba perdiendo el color. Su cara estaba manchada con algo negro que no dejaba ver nada y estaba todo desnutrido. -Ten-Harry sacó unos cuantos billetes de su bolsillo y se los ofreció. La cara del chico se iluminó y los aceptó. Ese simple gesto es lo que hace que su historia comience, y sin saber que se pueden enamorar.