« -Capitán Rogers, ¿cree en la rencarnación?- » La voz resonante de las memorias perdidas, reprimidas, ocultas por sí mismo. Son escenas vagas, recuerdos que lentamente se hacen un espacio en su cuerpo, en su mente, en su vida. Lo agobian, lo consumen, lo sofocan ¿Quién es? Ese hombre de sus sueños, aquel que con arrogancia y diversión le sonríe, que se mueve tan relajado a su alrededor. Aquel que le despierta tanta curiosidad e interés ¿Tony? Es parecido, tan parecido...
« -Señor Lokhart, ¿cree usted en la rencarnación?- pregunto, ansiando la respuesta de una pregunta que bullía por salir de sus labios, retenida, expectante, impaciente.
-Deseo creer, Capitán Rogers- » No lo soportaba más, la ansiedad, la necesidad lo llevaban cada vez más cerca del abismo. Los recuerdos no eran suficientes, las escenas ya no satisfacían su curiosidad. Los recuerdos, cada vez más profundos, aun son insuficientes, mundanos. Necesitaba más. Deseaba saber más, hambriento por conocer más de un pasado que, hasta ahora, no sabía que tenía. Sin embargo está mal, lo siente, se obliga a sentirlo; no está bien, es incorrecto. Sus sentimientos puestos en duda, su posición perdiéndose lentamente en revelaciones de su propia mente y corazón ¿Qué era todo aquello?
« -Tal vez en otra vida- » Ansió tanto poder verlo, otra vez, una vez más. Ahí estaba, frente a él, sonriéndole con arrogancia y diversión... Tony, Adler...
Los nombres se vuelven tan efímeros al lado de un alma anhelante, el clamor de una historia que no pudo ser...
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.