El mundo se acabó. La civilización, la humanidad, la historia, todo ha quedado reducido a cenizas. Ahora los muertos matan y los vivos deben huir. Se vive la noche de Halloween todos los días. No se puede confiar en los pares, y a veces, ni en uno mismo.
Dina Devine solamente viajaba a Estados Unidos para jugar béisbol, pero el apocalipsis llegó antes de que lo hiciera. Por ello, debió adoptar el espíritu de nómada y asesina que necesitaba si lo que quería era seguir con vida.
Probablemente necesitara algo más que sus propios métodos para sobrevivir. Quizás una ballesta. Tal vez a Daryl Dixon.
«Portada hecha por @pandicornioLLDN».