Cuando ya no queda nada, cuando toda la soledad se une y sus gritos resuenan en mis lágrimas... Lejos parece el día en que tuve alguna esperanza. Lejos parece el día en que ciegamente confiaba en sus palabras. Esto no es ficción, es la novela que con acciones he ido haciendo de mi vida. Es a veces un grito de auxilio, es el dolor de esta amarga compañía que vivo en soledad al lado del verdugo en que se convirtió el amor de mi vida. El hombre de mis sueños se convirtió en una pesadilla de la que tontamente me niego a despertar...