—Rukia. —comienza a hablar con el rostro sereno. —yo te querré por siempre y para siempre, en las buenas, en las malas y en lo feo. Envejeceremos juntos, por siempre y para siempre. —te promete mientras toma tu mano. Y tú no dudas de sus palabras. Te inclinas y lo besas. Y mientras sigues besándolo, lloras y recuerdas tu promesa.