Mi año pasado fue muy, ¿como decirlo?, ¿aburrido?. Todos los días la misma secuencia,la misma rutina, levantarme, ir a la parada del colectivo, llegar al colegio, salir del mismo, ir a mi casa, y estudiar. Durante todos los días escolares que hubo, esa fue mi vida. En esos días, no hubo uno en el que me sienta bien. En el que me sienta viva, cómoda. Tenía muchos amigos, eso sí , no podía negarlo. No salía mucho,porque no me gustaba , pero si lo quería hacer, podía tranquilamente. En lo único que me enfocaba era en el estudio, y no hacía otra cosa que no sea eso. No le veía sentido alguno a la vida, pero demostraba todo lo contrario. No quería que los demás me vieran así.
Al colegio iba todos los días de mal humor y no escuchaba otra cosa que “¿Guadi que te pasa? ” y yo respondía simplemente “nada” porque era más fácil decir esa palabra que explicar cómo me sentía.
Me consideraba una inútil, lo único que me salía bien era estudiar, hasta mi familia me lo decía. Termine el año escol
Él no debería estar mirándola... pero no puede evitarlo.
Cuando Amelia se muda a una nueva ciudad, lo último que espera es encontrar un vecino que despierte en ella un deseo oscuro, un juego silencioso de miradas que se vuelve cada vez más intenso.
Todo comienza con una ventana entreabierta. Una noche en la que su cuerpo busca alivio bajo sus propias manos, creyéndose sola... hasta que lo ve a él, observándola en la penumbra.
No aparta la mirada. No se esconde.