Sal de lágrimas.

Aquellas lágrimas saladas como una gota de mar no paraban de caer de sus ojos, empapando su blanquecina piel y afectando su canto, el cual subía y bajaba de tonos. Una vez más se había dejado llevar por sus impulsos y había condenado a otra persona más a la muerte, pero esta sería la última.

***
Los personajes pertenecen a Hiro Mashima, pero la historia es completamente de mi imaginación.

Desde ya les aviso que va a ser de actualización lenta, porque si bien es uno de mis proyectos favoritos, mi principal meta ahora es terminar »La oscuridad de sus ojos«; espero me entiendan. Tal vez suba un capítulo cada dos semanas o por mes, cuando me salgan.

Sin más disfruten :)