A veces hay momentos en los que la autoestima de una persona baja un poco, pero después de un tiempo lo supera. A veces simplemente se tiene un mal día y se olvida todo a la hora de dormir. Pero hay veces que no es así. Hay veces en que el dolor es tan profundo y agudo que penetra hasta lo más recóndito de la mente, haciendo un nido y agujerando la seguridad de la persona. Hay veces en las que ya no se puede confiar en nadie, ni en uno mismo. Eso es de lo que me he dado cuenta.All Rights Reserved
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