Apenas salía la luz del sol por su ventanilla y Freesia ya tenía sus ojos rojos, ojeras y su cabello rojo marañado, como si un tornado pasará por esa cabellera roja. Eran las 5 de la mañana, su habitación era como escuchar al mismo silencio; en el piso eran claras las manchas de pintura y pañuelos sucios. Su cama era el mismo desastre que el piso, pero en vez de pañuelos eran calzoncillos y sostenes que tenían pinta de haber estado ahí un par de días. -Freesia, ya nos vamos, baja a despedirte de mamá y papá - gritaron los padres de Freesia -ahh, voy.- Freesia con gran amargura por el sueño, bajó y fue directamente hacia la entrada con sus padres. -Pronto regresaremos querida, solo nos tardaremos 3 meses, no es nada de que preocuparse- dijo la madre con una sonrisa que no le cabía en el rostro, agarrando su maleta y dirigiéndose al auto dando por ultimo un beso a Freesia en la frente. -adiós, ma, también te amo- respondió con sarcasmo. -te he dejado dinero en la caja verde que esta e