Él era su estrella y ella su cielo, ambos complementaban a la perfección, eran almas gemelas. Él ocultaba algo, no era como los demás, era algo más... resplandeciente. - No pertenezco a aquí, lo sé, pero no quiero irme, eres el único cielo en el que quiero volar. - dijo él conteniendo las lágrimas. - Ya este cielo no tiene a su estrella preferida. - susurro ella dejando caer sus lágrimas.All Rights Reserved
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