-No- negué rápidamente soltando humo de mi cigarro -No, no, no y no. -Si lo harás- dijo en tono firme. - Nunca, ni lo sueñes Marcus.- miré con disgusto el veneno que traía entre los dedos, lo tiré al suelo y coloqué mi bota sobre éste. Ahí estaba yo, en la oficina de mi jefe caminando en círculos negándome a hacer lo que me pedía. Sudor corría por mi frente ¿Por qué no prendía el maldito aire acondicionado? -¿Acaso estas demente? -No. -¿Tengo cara de niñera? -No. Pero eres perfecta para esta misión. -¿Por que no lo hace Jake?- dije señalando a mi hermano mayor quien se encontraba detrás de nosotros. -¡Muérete!- masculló esté. -Porque no. Tu sabes porque te asigne esta misión. Ademas, el si ira. Te ayudara.- contestó Marcus casualmente mientras afilaba su cuchillo, Jake solo sonrió victoriosamente hasta escuchar las ultimas palabras. -¿QUÉ? Demonios. -¿Y si digo que no?- cuestioné, quería saber si tenía otra alternativa. Marcus tomó el cuchillo y lo pasó por su cuello lentamente de una forma amenazadora. Y ahí supe que pasaría si no hacía caso. -¡Ahg! ...... Malena Decker, la mejor agente de la KGB, bueno, una de dos. Ella y su hermano Jake, solos desde años atrás se criaron en las instalaciones de la KGB donde miraban y aprendían todo lo que podían. Pero... Hay un pequeño detalle. Un secreto que solo muy pocos saben, que ni siquiera lo saben completo. Ellos tienen habilidades que muchos matarían por obtenerlas. Volviendo al punto. ¿Su misión? Vigilar a los Vengadores, o muñequitos de papel como les dice ella, en especial al hombre que lleva los colores de la bandera. ¿Por qué? Ella no sabe. Pero lo que si sabe es que es importante y las consecuencias no son buenas. ¿Pero que pasa si el Capitán logra cautivar al animal que Malena lleva dentro? ¿Y que pasa cuando la amenaza de su jefe no es la única? ¿Los Vengadores decidirán ayudarla? O mejor dicho, ¿el Capitán la aceptara? *Derechos de autor reservado
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