En un segundo todo puede irse, y en otro todo puede volver a estar bien.
Era eso lo que siempre pasaba en mi vida, desde aquel accidente. Mi padre murió en él y yo presencie todo, mi madre sugirió que nos mudáramos a Buenos Aires, donde no estuve desde que nací. Tengo 14 años donde la mitad son en consultas al medico y psicólogos.
No voy a mentirles, no me emociona estar en una nueva ciudad, no tengo a nadie a quien dejar mas que a mi abuelo con quien vivíamos y algunos discos viejos que él no quiso darme. Según mis medicos y mi madre, esto era para mi bien, para que yo estuviera mejor. Quizás tenían razón, quizás todo lo que paso después tenía que pasar.
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?