Veo a una muchacha vestida de blanco que huye a través de las montañas, bosques, ríos en época medieval. Hay una voz que dice "¡Huye! ¡Que no te atrapen!", le persiguen unos soldados con chalecos rojo, cascos metálicos plateados a caballo, finalmente la atrapan. La traen de regreso, va caminando atada y los soldados a caballo, esta cansada, sudorosa, resignada. Es encarcelada y con grilletes, la celda es oscura, fría pertenece a un castillo, hay una ventana por la que entra luz; a través de esa luz recibe la visita de Madre Luna. -Todo esta bien, pronto todo tu sufrimiento va a terminar- ella arrodillada, llora y acepta la voluntad de Madre. Madre la abraza y la consuela, y da un ultimo mensaje. - Hija mía, acepta los designios que tengo para ti, no te resistas, fluye como el agua del río no hay piedra, ni obstáculo que te pueda detener, he trazado para ti un camino, síguelo-. NO SE PERMITEN COPIAS O ADAPTACIONES DE ESTA NOVELA. *Reescribiendo está historia.All Rights Reserved
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