Adele pasó la mitad de su vida amando a un hombre sin ser correspondida, esperando pacientemente hasta que él aceptara la tensión que prácticamente se podía respirar entre ellos, pero incluso después de casi dar la vida por él nunca recibió nada más que "gracias" o "Eres la mejor compañera". Ella estaba cansada de esperar y decidió comenzar a vivir para sí misma ahora que su mejor amiga había encontrado el amor, pero no esperaba que él hombre de su vida le propusiera una última misión como su compañera y solo tenían que fingir estar casados mientras se infiltraban en secretos gubernamentales de gente muy peligrosa. Adele quería dejar de amarlo, pero el teatro estaba muy cerca de volverse realidad y todo era por su maldita culpa.