Prólogo
Mi llanto aumentaba, dejo d importarme si los vecinos escuchaban mis gritos, no podía controlar la angustia que me invadía . mi mente solo recordaba, la almohada se mojaba con mis lágrimas, lloré hasta q mis ojos no podían ver el ambiente de mi propia habitación, me dificultaba respirar, tratando de calmarme camine hasta el baño para lavar mi cara, en ese momento ni me pude reconocer a la chica que se reflejaba en ese espejo sucio, su rostro estaba de un color rojo, como si tuviera fiebre, las lágrimas que caían eran como una catarata, de inmediato lave mi rostro con agua helada pero aun mis lágrimas caían, no distinguía mis lágrimas de las gotas de agua q caían de mi rostro, tan solo sentía su calor.
Hay reglas en el mundo que debes cumplir. El deber de servir y complacer, dar y recibir.
Soy Stella Miller, una mujer firme y con decisiones. Nadie puede sobrepasarse conmigo si no quieren morir en garras de él.
Mí amado esposo, el hombre fuerte y delicioso que siempre está a mis pies, al único que me pondría de rodillas y al único que acariciaria de manera perversa y coqueta...
Y mucho cuidado con las cosas que dicen de mí, porque soy una chica. Más conocida como la mujer del Diablo.