Él tiene sus manos en mi cintura sobre el vestido. Mi boca ya desciende con pequeños besos a su entrepierna abultada y justo antes de llegar a mi destino me levanto y agarro mi bolso. -¿Qué-qué haces?- pobre iluso. -Me voy, ¿no es obvio? -¿Y me dejarás así?- -Emm... sí, duh. -Eres una desgraciada- lo dice con risa. -Lo sé- arrugo un poco la nariz- Bye- lo despido con una sonrisa, abro la puerta y el aire es fresco. -¡Hey nena! Eres mía. -Si claro, cuando gustes bonito- salgo de allí con la frente en alto y bajo las escaleras para seguir con la fiesta. Esto se juega de a dos y yo no seré la que salga perdiendo.
4 parts