Había sido un día de besos furtivos en el baño, leves roces de piel que hacían de sus mentes un completo caos y sobre todo, miradas cargadas de deseo durante las interminables reuniones. Por eso cuando pudieron, con excusas torpes y poco planeadas, se escaparon a la habitación del americano. Por fin estaban solos y se necesitaban más que nunca. (UsUk Lemon, un intento al menos).