Soy de ese tipo de personas que muy seguido; Asando una arepa y tomándola para voltear la del mango metálico de la parrilla; Le pasa electricidad a sabiendas que es un fogón de gas. Pero en medio de esta lacónica vida, está la felicidad de mis letras, de mis historias a las cuales muchos llaman cariñosamente ¨pura mierda¨. En mi no existe ningún tipo de daño colateral pues ya la vida me ha pegado varios ¨coscorrones lagrime-ros¨ enseñándome a pulso, a no sufrir por cuenta de los demás ¡Lo sufrido esta dentro de uno! , el que toma atajos hasta para decir te amo ¡Es uno mismo! Por ello y aprovechándome del devenir diario de las cosas que llamamos superfluas, coloco a tu disposición la vida de muchas personas, con un poco mas de demonios que nosotros; Claro está , teniendo en cuenta que los demonios siempre saldrán, no importa cuánto luches, cuanto los detengas, cuanto los reprimas, ellos se saldrán tarde que temprano con la suya; Para lo cual no hay consejo, ni remedio alguno; Ellos se protegen bajo la mentira de que son ¨pequeños¨ y a los pequeños nunca se les tiene en cuenta para nada .Esa forma de concebir nuestra vida ha hecho que todos estos malvados hijos de nuestra alma caminen como Pedro por su casa en un universo que se ¨les abre de patas¨ sin necesidad de darlas ni un solo colon.
Alguien que está muy cerca de mí, que también compite en la increíble carrera por tener ¨un millón de amigos¨ para escribir igual número de libros en una época en donde no se lee; Me preguntaba ¿que si mis personajes eran reales?, a lo cual le respondí: ¡tan marica! ¿Acaso les ves tres piernas, cuatro ojos, once dedos?
Esta pregunta de ¨mi amigo¨ me animo para develar a estos pequeños moustros justo donde deben estar: EL INFIERNO.