Adam tenía cada momento de su vida planeado. Ambicioso, inteligente, audaz, seductor.
Para él, todo debía mantenerse bajo su control. Por lo cual si sucedía lo contrario, todo se iba al mismísimo carajo. Con tan sólo chasquear los dedos, Adam conseguía lo que más deseaba.
De una forma muy repentina, Adam heredó una significativa cadena de casinos distribuidos por todo el país.
Los casinos eran pertenecientes a un tío del que nunca supo su existencia hasta que este fue devorado por un león en un safari, y el abogado de este mismo, se contactó con Adam, indicando que él había heredado todas y cada una de las cosas que antes eran de su tío. Adam aceptó con gran entusiasmo y disposición sin pensarlo dos veces. Decidió abandonar su ciudad de origen, a sus amigos y humilde vida. La nueva vida de Adam se describía con apenas una palabra; lujos.
Para Adam, era un nuevo mundo con nuevas posibilidades, sin embargo, era consciente que conllevaba una gran responsabilidad, seriedad, y una larga, lenta y aburrida vida laboral, tanto como social.
Seis años pasaron y Adam conoció a Alice en un viaje de trabajo, fue amor a primera vista. O al menos eso creía él.
Tras cuatro meses de una perfecta relación, ambos se comprometieron. Un mes posterior al compromiso, todo cambió. Adam pierde el control de las cosas y por ende, todo se va al carajo.
En una serie de insólitas desventuras, Adam se reencuentra con una vieja amiga con la que había perdido comunicación desde que abandonó la ciudad.
Una chica singular, extrovertida, carismática, creativa y cautivadora. Ella era tal cual él la recordaba.
Gwen, la amiga perfecta: Fiel, comprensiva, atenta y divertida.
¿Podrá ella volver a recordarle que hay cosas en la vida que importan más que el dinero?
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.