En una habitación oscura, mis únicos pensamientos se ven dirgidos a tí ¿Por qué tú? ¿Por qué tu mirada es lo que veo en mis sueños? La sangre fue derramada una vez, me escondí, creí que el simple hecho de alejarme sería suficiente para mantenerte a salvo, pero me equivoqué, tu sangre fue vertida como una tinta roja se hubiese derramado en el suelo blanco y pulido. Las lágrimas no brotan, pero mis ojos temen, temen ver una escena semejante de nuevo, que mi alma se diga a si misma, "¿por qué mi dueña vive si el que cautivó su corazón se ha ido?" La respuesta está en bandeja servida: mi culpa fue que el marchara, mi poder dolor atraía, y alegría alejaba, fue lo mejor hacerlo irse, lo peor es pensar en que nunca vuelva. Así pues la luz me asusta, me escondo, mi sangre bebo para que mi cuerpo creo ser alimentado, pero el engaño durará poco, mis venas se secan, pero mi garganta pide sangre, sangre humana, fresca, dolor, llantos, y sobretodo... Muerte.All Rights Reserved
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