últimamente habían cambiado las cosas, él sentía que todo era deprimente, el día a día en casa, en el instituto, incluso en sí mismo. Muchas veces disimulaba delante de los demás con una sonrisa, riéndose o bromeando, cuando realmente lo que deseaba era que el día terminara. Cuando se perdía en sus pensamientos, entre clase y clase, aparecía su mirada, esa mirada que solo tiene ella, y que hace que él se pierda totalmente y sonría de forma involuntaria por más que él no quiera. Las clases habían empezado hace poco más de mes y medio. Solo le faltaba un año para terminar el bachillerato (sin contar que estaba empezando 1bach) y para él muchas cosas eran diferentes, de echo se planteó cambiar de instituto, pero no podía, el simple hecho de estar sin verla se lo impedía. Durante un tiempo él y ella tuvieron una amistad, por así decirlo, apreciable; bromas, risas, favores y miradas que parecían hablar y decir cosas, pero con el tiempo las cosas cambiaron. Él llegó a pensar en ser