-Te tengo un trato si lo aceptas, tu hermano no irá a la cárcel.
-¿Qué tipo de trato? preguntó ________, retorciéndose las manos, nerviosamente.
-Has de acostarte con un rico empresario, solo satisfazlo, y tu hermano será libre.
Un trato, solo un trato, solo acostarse con ese hombre, y su hermano se libraría de todo mal.
Desesperadamente, aceptó.
¿Y ahora? ¿Qué se suponía que debía de hacer? Había aceptado un sin sentido, había sobrepasado todos los límites al aceptar aquello, pero todo fuera por su familia
Lo que ella no sabía, era con lo que se iba a encontrar al llegar a Londres y mucho menos, lo que le deparaba el destino.