Pasos fuertes y estruendosos provenientes de la escalera me anunciaban que se estaba acercando. No tenía a donde huir. Cuando estaba por encerrarme en el baño de mi cuarto siento como antes, la puerta de mi habitación se abre. Dejándome ver ese cabello brillante y llamativo y esa sonrisa siniestra que tanto yo despreciaba.
-Michael, por favor, déjame. Sólo vete.- Dije, mientras miraba directamente a sus ojos verdosos.
-Escúchame, Keyla. Desde que pisaste esta casa, eres mía y harás lo que yo te diga, ¿entendiste, muñeca?- Su ronca voz se hizo escuchar mientras tomaba mis brazos y me lanzaba contra la cama, para luego, besarme desesperadamente y sin ningún cuidado. Invadiendo mi espacio y restregando su ya notoria erección contra mi pierna. Intenté escabullirme, pero fallé miserablemente de nuevo. Y así era cada vez que él lo dictaba, sin poder negarme.
¿Por qué me tenía que pasar esto a mi?
Y hasta el día de hoy lamento el día en que su mirada y la mía se cruzaron.
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Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.