- ¡Sobre mi cadáver!- Gritó ella con indignación. Su respuesta fue una pequeña sonrisa, no, no se trata de una simple sonrisa. Fue una sonrisa sádica, pero seguía viéndose hermoso. - Sólo recuerda mis palabras. Tú y yo estamos destinados a estar juntos.- Ella es mi hermosa obsesión, mi ardiente pasión.