Pensaron qué sería fácil. Pensaron qué solo era un juego. Pensaron qué ella es igual a todas Pensaron qué sería divertido. Pensaron qué no caerían. ¿Pero quién les dijo que sabían pensar? Ahora saben que no es fácil. Ahora ven que ella es única. Ahora no lo ven como un juego. Ahora no es divertido. Ahora ambos cayeron en su propia apuesta. © Historia Original, no se permiten adaptaciones.