-¡No quiero dejarte ir!- exclamé con dolor, sintiendo esa presión y ese vacío en el pecho, como si me hubieran golpeado, y a la vez, me hubieran arrancado el corazón. -No estoy listo aún.- musité en un tono a penas audible, pero qué más daba, no podía oírme aunque me desgarrara la garganta gritando, o le susurrara al oído delicadamente. Y dolía admitirlo, pero probablemente; él jamás volvería a escucharme.
47 parts