"-¿Qué es lo que te asusta?-preguntó el con tono de desesperación en su voz. -El simple hecho de que todo el mundo va en contra de esto-frunció el ceño sin entender. Suspire llenando mis pulmones de aire y cerrando mis ojos para no derramar ninguna lagrima. -¿Y qué más da el mundo? ¿Acaso es importante su opinión?-el nudo en la garganta aumentaba a medida que el hablaba. Me dolía pensar así. Pero era la realidad, lo nuestro no podía ser. Se había visto desde el principio. Tenía que dar el paso y dejarlo. Dejar esta historia interminable. Romper con algo que no avanzaba por que el mundo impedía que eso fuera posible. Pero entonces acercó sus labios a los míos y me besó. Dejando mi mente completamente en blanco. Haciendo que ese nudo desapareciera. Sintiéndome completa, liberada; feliz. Nos separamos y apoyamos frente con frente, notando su respiración, sintiendo su calor. -A veces pienso que el destino esta en nuestra contra-el nudo comenzaba a crecer de nuevo en el interior de mi garganta a medida que esas palabras salían arrastrándose de mi boca. Su mano agarró mi barbilla de una manera tan dulce y delicada, que me hizo sentir que era una muñeca de porcelana. -Vayamos en contra del destino entonces."