-¿Y si no quiero pertenecer a ningún grupo? -Preguntó interrumpiéndome. -Eso es imposible. -¿Por qué? -Dijo mientras se recostaba en la silla y se cruzaba de brazos.- Todo eso de los grupos me parece realmente estúpido. -Porque las cosas aquí en Bolston High son asi, y siempre han sido así. Tu no puedes simplemente aparecer y cambiar todo. -Dije como si fuese lo mas obvio del mundo.- Así que te guste o no, estarás en un grupo. El no dijo nada. Solo se quedó mirándome con una sonrisa en su rostro. Permaneció así por segundos que parecieron años para mi, hasta que por fin hablo. -Esta bien. -Bien -asentí- entonces, ¿en que eres bueno? El ahogo una risa, se acomodó en la silla y puso su mano al lado de la mia, apenas rozándola. -Yo soy muy bueno en todo. -me miro y comenzó a susurrar- Exactamente, en todo. Hasta en lo que estas pensando. -Me guiño el ojo, se levantó de la silla y lentamente salió caminando de la cafetería. Dicen que cuando dos adolescentes se enamoran, el chico salva a la chica, o viceversa. Pero, qué pasa cuando ambos son exactamente iguales? ¿Se podrían salvar el uno al otro? ¿Estarán dispuestos a entregar todo, y dejar el orgullo a un lado solo para ver a la otra persona feliz? A veces, cuando menos te lo esperas, las cosas buenas suceden y te atreves a probar el gran juego del amor.All Rights Reserved