Jenny tiene una vida de ensueño, pero eso es algo que a ella no le llena y sigue sintiendose algo desdichada. Mary, la criada de la mansión, mantiene un lazo muy fuerte con Jenny, por ello, cuando Mary debe irse por un tiempo de la casa, Jenny se siente realmente sola enmedio de un montón de gente.
Cuando Mary vuelve, no vuelve sola; su acompañante un chico muy apuesto quien resulta ser su hijo, llamado Jefferson. Al principio, Jenny no siemte nada por él, incluso piensa que es bastante feo, pero con el tiempo empieza a ver cosas en Jefferson que no había encontrado en nadie más y encuentra sentimientos que nunca antes había sentido.