(Edward)
-Muy bien. Mamá, papá.
-Ella es Jesmin y ya que esperamos un bebé nos vamos a casar.
(Michael padre de Edward)
-Jajajaja pero esto tiene que ser una broma. Me vas a aclarar esto de una vez, ¿Edward Michael Ventt Lucían, dime que esta señorita no es nada de lo que me acabas de decir y que es una broma de mal gusto? CONTESTA MALDITA SEA.
-No papá, lo siento, pero esta es la verdad.
-Entonces, como fuiste tan machito para estar con una cualquiera en la calle, fuera del matrimonio y además dejarla preñada, hazte responsable tu solito de tus errores y ni pienses que te voy a ayudar, mejor puedes ir recogiendo todas tus cosas he irte con tu mujer. Ya sabras tu donde meterte, porque de mi parte no tendras nada.
(Jesmin)
Antes de que Edward pudiera maldecir a su padre, le aprete fuerte la mano y me enfrente a el padre.
- No señor, mi familia no hizo nada de eso porque no tengo, soy huérfana y si me deja hablar le dire todo de mí, y como fue que conocí a su hijo.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.