(Edward)
-Muy bien. Mamá, papá.
-Ella es Jesmin y ya que esperamos un bebé nos vamos a casar.
(Michael padre de Edward)
-Jajajaja pero esto tiene que ser una broma. Me vas a aclarar esto de una vez, ¿Edward Michael Ventt Lucían, dime que esta señorita no es nada de lo que me acabas de decir y que es una broma de mal gusto? CONTESTA MALDITA SEA.
-No papá, lo siento, pero esta es la verdad.
-Entonces, como fuiste tan machito para estar con una cualquiera en la calle, fuera del matrimonio y además dejarla preñada, hazte responsable tu solito de tus errores y ni pienses que te voy a ayudar, mejor puedes ir recogiendo todas tus cosas he irte con tu mujer. Ya sabras tu donde meterte, porque de mi parte no tendras nada.
(Jesmin)
Antes de que Edward pudiera maldecir a su padre, le aprete fuerte la mano y me enfrente a el padre.
- No señor, mi familia no hizo nada de eso porque no tengo, soy huérfana y si me deja hablar le dire todo de mí, y como fue que conocí a su hijo.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.