Ella: ¿Qué haces?
El: Nada, juego con una pelota jaja... Te extraño.
Ella: Yo también, quiero verte. ¿Qué tan lejos está Roma de Madrid?
El: Hmmm, no sé. Tengo una idea, pero dirás que estoy loco.
Ella: ¿Qué idea?
El: No cuelgues, voy a cambiarme y a empacar algo de ropa.
Ella: ¡¿Qué?! ¿Ropa para qué? ¿De qué hablas?
El: Te necesito; necesito verte.
Ella: Estás demente jajaja, no eres capáz.
El: ¿Bromeas? Lo haré, pero tienes que hablarme todo el camino.(Empaca, sale al auto y empieza a conducir)
Ella: Esto es una locura, aún no te creo capáz.
El: Estoy decidido; ¡si no te veo me volveré loco, lo sé!(Se oye un frenazo y cornetas de autos)
El: ¡Sal de mi camino, idiota! ¡Voy a ver al amor de mi vida!
Ella: ¿ qué pasó? ¿Estás bien?El: Sí, sólo un imbécil daltónico que no sabe la función de un semáforo.Ella: Jajaja. Te amo.Él se queda pensativo unos segundos mientras conduce...)El: Yo también te amo.(Llega al terminal y empieza a hablar con la encargada de los boletos)
Después de unos meses me volví a enamorar. Sofia y sus ojos verdes me hipnotizaron, me volví esclava de ella, de su forma de amar, de su bondad, de su sonrisa, de su forma de hacerme el amor. Aquella mujer de 36 años se robó mi corazón por completo.