Mateo Pacheco, un estudiante de escuela, fue secuestrado en horas de clase. Lo más terrible, de su situación, era que se hallaba en peligro de muerte, pues sus secuestradores habían planeado en asesinarle para hacer la fachada de que otra persona hubiera muerto en su lugar. En contra de todo pronostico, lo impensable les sucedió a esos criminales, de los que Mateo no supo nada más. Pero para su pesar, en muy poco tiempo, lo tuvieron, otra vez, entre la espada y la pared, pues se dio el infortunio de que cayó a merced de una mujer misteriosa, de quien sólo podía oír su voz, ya que ella le impedía que viera su rostro.
Por meses, esa mujer, lo estuvo torturando con la excusa de interrogarlo. Después de un período de cautiverio, fue dejado a la merced de la ciudad. A quienes se le atribuían ese delito fueron a miembros de la Antigua Guardia. Aquella terrible pandilla, debía a su fama a que nunca dejaba con vida a nadie quien pudiera ser un potencial testigo y eran especialmente cuidadosos en eso, por eso nadie se podía explicar cómo era posible que hubieran dejado vivir a Mateo. Cada paso que dan los personajes, se dan cuenta que lo que sucedió es mucho más complejo de que se lo esperaban y que al final todos tendrán que servir para un mismo fin, un ejército de todos.
ADVERTENCIA: La siguiente historia es ficticia en su totalidad, todos los personajes, eventos, lugares y organizaciones, que allí se describen son invento del autor, por lo que si existieron o existen algunas con el mismo nombre o características similares, es mera coincidencia.