Mi vida era muy normal, mi mejor amiga y los pocos integrantes de mi familia eran lo único que rondaba en mi cabeza.
Hasta que él chico que rompió mi corazón y jugó con el cuando eramos pequeños resultó ser mi Guardián.
No necesitaba protección, o eso creí yo, conocer a mi padre de otra manera no estaba en mis planes, teniendo en cuenta que en realidad ni me importaba.
No queda mucho que hacer, salvo que me quede quieta y siga órdenes, pero y ¿Ahora qué?
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