V, tu siempre amaste la lluvia. Tiene sentido, pues en cierto aspecto eres como la lluvia misma. Silenciosa, otras veces fría, aveces suave, y a hasta algunas veces violenta. Yo odiaba la lluvia. Hasta que apareciste tú V; con tus 21 paraguas y medio, de distintos colores, tamaños, he historias.