Bohemio.
Tenía mirada oscura, profunda, penetrante, tan fría como un iglú, así era ella diferente era imposible no notar su presencia, era imposible no cegarse con el brillo de sus dientes que parecían cristales de la más alta calidad, su pelo era como estar en el mismísimo infierno, tan rojo, tan ardiente, la observaba siempre al pasar por el pasillo ese, donde la vi la primera vez, quizá ella no sabía aún que yo estaba ahí, mirándola, viéndola pasar.
Cada noche me preguntaba como era su voz, que tenía su mente, como era su alma, me decide a hablarle, el día siguiente, ella puso su mirada en mi rostro cuando paso, yo sonreí y se me escapo un preciso ''Hola'' ella sin pensarlo respondió
-''Hola'' y sonrió.
- ¿Qué tal? Le pregunte.
- Todo bien y, ¿tu cómo vas?
- Bien gracias, le respondí.
De inmediato me pregunto porque mentía.
- ¿A qué te refieres? Pregunte como respuesta a su pregunta.
- Con solo escucharte hablar sé que nada está bien, dijo ella.
Solo pude callar y dirigí mi mirada hacia al suelo, tome aire, luego la mire, hubo silencio unos segundo y respondí.
- La diferencia es que yo no puedo ocultarlo, tu sí.
Ahora quien miraba el suelo y tomaba aire era ella, otra vez todo estaba en silencio escuche un suspiro por parte de ella y dijo, dime quien eres, dame esta tarde quiero saber más de ti, le regale esa tarde, la siguiente y la siguiente después de esa, bueno debo admitir que no solo fueron las tardes, si no que en la noche también me quedaba con ella hasta tarde, conversando, conociéndonos.
Una tarde de tantas, conversábamos sobre hip hop y discutíamos sobre los mejores de la vieja escuela, luego de una risa no recuerdo porque, nos quedamos en silencio.
-Me gustas, dijo ella.
-Sería imposible si tú a mí no, respondí.