Emma debía concentrarse, su captor disfrutaba de su flaqueza. Ignoraba cuantos días llevaba en aquella celda. Eran quizás más de dos semanas aunque le era imposible asegurarlo. Las drogas la mantenían en un estado de agotamiento mental y psicológico pero lograba mantenerse cuerda pensando en Luca. Su mejor amiga Amy, había muerto a su lado unos días atrás, a ella le mantenían viva para asegurarse que su hermanastro iría por ella. Unos meses atrás, el líder de la organización de tráfico de obras de arte, fue encontrado muerto y con ello se desarticuló a la banda completa. Durante algunas ocasiones Emma fue víctima del líder, Phillipe RM quién la torturaba para forzar a Luca a que abandonase el caso. Tras el último ataque sufrido en su casa y con la posterior muerte del criminal, Luca dejó de lado la protección policial pues todo había acabado. Pero para sorpresa de ambos, Phillipe estaba vivo y regresó por Emma.