Un año después de la última Gran Profecía todo fue normal, los semidioses volviendo a pelear con monstruos, los sátiros trayendo nuevos campistas y los Dioses encargándose de sus deberes, excepto una. Hybris. ¿La conocen? Eso pensé.
Hybris está olvidada, en las profundidades del tártaro desde que intentó ser una de los doce olímpicos, quiere vengarse de todo ser con sangre divina, y puede que lo logre.
Gracias a esto, Nico, Lucía y Alan se infiltran en una misión peligrosa donde no saben si lograran salir vivos de ella; con lo que no contaban, es que otro semidiós se les uniría, formando así una alianza mucho más allá de la amistad.