Despertó en una cama de hospital. Sola. El frío y el vacío en su interior la paralizaron por completo. Se dio cuenta que no sabía su nombre, ni su edad, ni quien es, ni su vida, ni nada. Solo un ramo de tulipanes amarillos la acompañaba y le daba color a esa habitación tan blanca. Entonces el entró. Lleno de esperanza y alegría al ver que la chica había despertado. Ella soltó un grito cuando el la tocó. Miró fijamente sus ojos. No sabe quien es. Su mente se tornó una revolución, y su vida también. El culpable de todo estaba frente a sus ojos, y ella no lo sabía. [...] Esta historia es totalmente mía. Prohibida su copia total o parcial. Todos los derechos reservados © ¡No al plagio!
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