Dio un paso, después otro, y se percató de que, no sólo no eran borradas las pisadas por las olas que lamían la orilla, sino que había otro rastro que discurría paralelo a ellas. ¿En qué momento comenzó a recorrer ese camino junto a alguien más? Un muchacho que, por cierto, no se parecía en nada a él, pero al cual se sentía irremediablemente atraído. La admiración puede evolucionar en menos de lo que canta un gallo. Es muy fácil cruzar la línea, pero casi imposible regresar. Porque, básicamente, no se quiere volver atrás. ¿Cuan difícil es dar el primer paso? ¿Cuándo estar seguro de algo? Enamorarse de una persona era para ambos como un problema de química: diferentes interpretaciones para un mismo resultado. Los malentendidos estaban a la orden del día, acompañados de dolores de cabeza. Nada que una sincera charla no pudiera arreglar. Pero ahí radicaba el problema. ¿Cómo decirlo? ¿Y decir qué? Si ni siquiera se comprendía lo que se sentía. Las palabras que cambiaron mi vida no fueron otras que las tuyas. Pero dudo mucho que seas consciente de hasta qué punto.
1 part