Hay veces en las que todo lo que te pasa parece carecer de sentido, todo se siente perdido, y parece ser el fin del mundo. Ese era uno de esos días para mí, nada iba bien ni si quiera cerca de bien, pero me doy cuenta de que si las cosas no hubieran estado tan mal, si yo no hubiera huido de todo, no lo habría conocido. Y ahí es cuando, recordando todo, me doy cuenta que cada cosa, cada respiro, cada paso, cada decisión, cada oportunidad que tomamos o dejamos ir, pasa por algo, que la vida, Dios o lo que sea, se encarga de juntarte con alguien, se encarga de dejarte pasar por algo, que cambiará para siempre el resto de tu vida.