Las palabras y las cosas, de 1966, empieza con una discusión de Las Meninas de Diego Velázquez, y su complejo juego de miradas, ocultamientos y apariciones. De ahí desarrolla su argumento central: que todos los periodos de la historia poseen ciertas condicions fundamentales de verdad que constituyen lo que es aceptable o no, como, por ejemplo, el discurso científico.