Hablar de la "Zona Roja" implicaba cubrir los oídos de los menores, esconder a los ancianos, encadenar a los jóvenes y controlar a los adultos. Todos son hipócritas enmascarados al hablar de "asco" mencionando ese barrio, todos saben que alguna vez han ido a probar o son clientes frecuentes y otros desean intentar un poco de aquello. Un chico, Miguel Ángel Rogel, lo ve sencillo. Sin tener idea de que al dejarse sonsacar por su mejor amigo una noche, descubrirá que tiene un lado bestial, un monstruo que había añorado por años salir de él. Descubrió su nueva droga, su nueva adicción y definitivamente no tiene ni idea de cómo salir de ella. O tal vez ni siquiera lo intente.