He perdido a mis padres. Primero mi madre luego mi padre, ahora vivo con mi madrastra, una mujer fría, calculadora y altamente manipuladora, y mis dos hermanastras dos chicas gemelas, que son el prototipo de brujas a gran escala, yo soy la típica chica tímida, que tiene que analizar hasta sus pensamientos antes de hablar, por temor a las consecuencias. La situación me recuerda a una historia que mi madre solía leerme antes de dormir, sobre una chica que fue despojada de todo, y obligada a trabajar en su propia casa, pero todo cambia gracias a un hada madrina, un vestido, un carruaje, una zapatilla de cristal y un príncipe.
Cualquiera diría que esa se convertiría en mi historia sin final feliz. Pero lo que ellas no han tomado en cuenta es que, aunque yo sea tímida, no soy cobarde, no soy débil y mejor aun, no soy estúpida, puedo ser dulce como la miel, o amarga como el veneno.
Soy Ángela Snow y yo, no soy cenicienta.